Los Trastornos Alimenticios toman fuerza
Por: Andrea Aceves Hernández
Los Trastornos Compulsivos Alimenticios han ido tomando cada vez más importancia con el paso de los años, puesto que diariamente miles de jóvenes, adultos, e incluso niños sufren de estas condiciones. El propósito del presente artículo de opinión es dar a conocer factores sociales que han desencadenado estos trastornos cada vez más en la población.
Los trastornos alimenticios no son cosa nueva, sin embargo año con año, al igual que con la depresión y la ansiedad, han ido aumentando. En lo personal conozco a varias personas que padecen de alguno de estos trastornos, y son cosas muy fuertes las que estas personas pasan, desde que deciden pedir ayuda, o los mismos familiares y amigos detectan, hasta el proceso de recuperación.
Los TCA mejoran en su mayoría si se diagnostican de manera temprana. Una realidad es que no es tan fácil detectarlos, puesto que los jóvenes que normalmente adolecen de ellos los esconden de sus padres y conocidos, esto debido a que les da miedo el cambio o simplemente no se encuentran bien informados respecto al tema.
Normalmente los jóvenes son llevados a consulta por los efectos secundarios de estos trastornos, (ya sea sobrepeso, obesidad, desnutrición, problemas con los ciclos menstruales, etc.), con médicos que no son especialistas en el tema, con esto considero que se corre peligro de que el problema no se logre detectar a fondo, o se siga pasando por alto por mucho tiempo hasta que sea demasiado tarde.
Lo que mencioné en el párrafo anterior se debe a que los sistemas de educación en el aspecto de la salud no han dado la importancia que se le debe dar a los trastornos alimenticios, no dan las herramientas necesarias para el manejo de estos trastornos, esto debido a que la población en años anteriores ‘no lo necesitaba’, aunque la realidad es otra, puesto que al menos desde la década de 1950 los TCA han ido sólamente en aumento, esto en especial en adolescentes y mujeres realmente jóvenes.
Realmente si nos vamos a los números, distintas investigaciones que se han realizado en países extranjeros, aproximadamente el 0.5 y 1 % de las jovencitas que padecen de un TCA perecen frente a su enfermedad, esto por una mala atención o por falta de la misma. Aunque al día de hoy no me da gusto decir que las personas que presentan un TCA tienen un perfil que no sólamente aplica a las personas que pertenecen a una clase social ‘superior’, sino que también se presentan en adolescentes de género masculino, de distintos niveles económicos, distinto peso, y tamaño de cuerpo.
Ahora bien, ‘¿cómo puedo detectar un TCA?, pues bien lector de este artículo, déjame decirte que hay algunas señales que puedo darte, sin embargo, es importante que se tenga en mente que no somos médicos especialistas, si se logran detectar algunas de estas señales en algún amigo tuyo, se sugiere que un especialista lo analice y le brinde la ayuda necesaria para su pronta recuperación.
Las conocidas como ‘señales de alarma’ son los comportamientos, las distintas actitudes y los síntomas que alertan a la persona de la presencia de este tipo de trastornos alimentarios.
Anorexia Nerviosa:
Si hablamos de la anorexia nerviosa
existe un miedo desmedido a engordar o convertirse en una persona obesa, aunque
la persona esté por debajo de su peso normal. El rechazo a mantener el peso
corporal ‘estable’, o por un poco encima del valor mínimo que se considera
normal, esto considerando la edad y talla, por ejemplo, si una persona mide
1.60, se esmera u obsesiona en que su peso se conserve entre los 57-60 kg.
También es algo muy común que la persona tenga dismorfia corporal, lo que quiere decir que la percepción de su cuerpo está distorsionada, se ven gordas aunque la ropa les quede igual o más suelta de lo normal. En el caso de las señoritas existe la ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos, a esta condición se le conoce como amenorrea. Una de las cosas más curiosas es que la persona cocina para los demás, sin embargo no prueba bocado alguno de lo que cocina, puede ser algo no tan notorio como cocinar un brownie o una galleta y dárselo a alguien más en lugar de comerlo por sí mismo.
Debido a la falta de comida y de vitaminas en el cuerpo, se tiende a una pérdida de pelo, junto con periodos de hiperactividad seguidos de cansancio extremo. La piel se les nota seca, escamada o ambas a la vez. Es común que por presión familiar o social se sigan sometiendo a procesos dietéticos aunque realmente no sean necesarios para ellas.
Estas personas conocen al derecho y al revés las tablas calóricas, es como cuando las personas se aprenden todas las canciones de sus artistas favoritos, el punto es que inclusive después de realizar todas estas acciones elimina algunos alimentos de su dieta diaria, los cuales son necesarios para que la persona siga desarrollándose de manera correcta.
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