Una crónica de Navidad
Por: Andrea Aceves
Las calles se llenan de luces de colores, adornos verdes y rojos y nieve artificial, algunas calles concurridas están cerradas y llenas de adornos patrocinados por multinacionales, y los supermercados han reemplazado su música instrumental con villancicos y algunos "Toribianitos" "Calientes", los los estantes principales están llenos de pasteles y vinos navideños, Santas gordos y esponjosos por todas partes, la presión para comprar el "mejor regalo" al "mejor precio" se alivia, y el flujo de personas se concentra alrededor de los grandes centros comerciales, etc.
Pero, ¿realmente refleja lo anterior el significado de la Navidad? ¿La fiesta se limita a lo material? El que debería ser el mes más hermoso del año, lleno de misterios sobrenaturales que no podemos explicar, se ve eclipsado por lo que el mundo nos quiere imponer con su cultura consumista. Quieren vendernos regalos, buena comida y la idea de que "Coca-Cola Santa" lo es todo.
Pero no te preocupes, a pesar de lo superficial que puede ser esta maravillosa fiesta, también tiene un significado, porque celebramos el nacimiento del niño Jesús, que se hizo hombre y prefirió nacer en un pesebre, porque puede nacer en un palacio, rodeado de todo el lujo de la época. Nos enseñó el verdadero valor de la humildad. Celebramos el cumpleaños de un niño que cambió el mundo, por eso la Navidad será una época en la que todos necesitamos esperanza y fe, y debe ser caridad, amor a Dios, a nuestros padres, hermanos, amigos y enemigos. Algunas personas se deprimen porque perdieron a un ser querido este mes, y eso es comprensible. ¿Pero acaso nuestros seres queridos no son ángeles que nos protegen desde el cielo todos los días? Aprovechemos este encuentro para unirnos más a ellos y agradecerles por ser una parte muy importante de nuestro tiempo en este mundo.
Todos los hogares siempre tienen pechugas y vacas gordas. Y la mía no fue la excepción. Porque no importa si es un pavo de 9 kg que mamá probó el día 24 o compartir un trozo de chancay (torta), con tal de que ese día nos abracemos más fuerte que los demás. Gratitud eterna al Santo Niño Dios por todo lo que tenemos (dones, familia, amigos, salud, trabajo y posesiones materiales) y todo lo que somos ahora. Los invito a apreciar nuestro tiempo en familia en casa, armando el árbol de navidad y el cumpleañero. Cuando llegue ese día, meditemos en el niño Jesús en nuestro "pesebre" y digámosle con amor: ¡Te amamos y gracias por todo lo que has hecho!
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